Campaña de la Vieja Orden de Rohin (0)



Nombre: Sexto Antonio Acúleo

Clase: Soldado, aprendiz de Rohirrim.


Alineamiento: Neutral Bueno.

Raza: Humano.

Rasgos y personalidad: Su piel curtida por el Sol y la sal,  morena y maltratada cual madera de los restos de un naufragio muestra las cicatrices de un pasado fraguado con acero y sangre. Quizás su humor huraño e intimidatorio son un vestigio de sus años como capitán pirata del Osadía y su tripulación. La cabeza siempre afeitada cuidadosamente, legado de una plaga de piojos acontecida muchos años atrás, y el anillo de oro con un pequeño rubí son todo lo que le queda de sus años en alta mar.

Historia y trasfondo: Hijo de un oficial de aduanas de Mildur, Aulo Antonio, y de una hermosa  mujer de piel tostada venida de las tierras del Sol llamada Netikerty.

Vivió su infancia viendo como pequeños y grandes barcos iban y venían portando lujosas telas, animales salvajes y extrañas especies de tierras lejanas y observando el trabajo incansable de los pescadores que se hacían a la mar con las primeras luces del alba y volvían cuando las estrellas empezaban a centellear en el cielo. Pasaba la mayor parte del tiempo imaginando las vidas de aquellos hombres que procedían de lo desconocido y hablando con los estibadores y la tripulación de todos esos barcos, portadores de noticias y leyendas. Pronto aprendió a leer y a escribir gracias al trabajo incansable de su padre y la insistencia de su madre. Su cabeza, propensa a fantasear no tardó en quedar atrapada por la belleza de una joven que acompañaba a su padre, un senador rico y poderoso, a controlar sus mercancías y barcos.

Se enamoró de ella y pasó dos largos años tratando de conquistarla hasta que reunió el coraje para declararse. Ese día marcó su devenir y el de la familia de la joven. El senador y su hija se sorprendieron al ver el valor del joven al hacer su proposición pero ambos se rieron de sus pretensiones. Lo rehusaron alegando que era de familia demasiado humilde y que nunca llegaría a ser nadie, tenían mejores planes de futuro para su noble hija.

Tal fue la furia de Acúleo que en menos de una semana reunió un grupo de estibadores, maleantes, marineros y hombres de baja calaña dispuestos a hacerse ricos a cambio de ponerse a su servicio. Una noche de Jacuiek, dios de la muerte y la justicia, se reunieron al amparo de la Luna negra y asaltaron el barco mercante Doncella dorada; el buque insignia de la flota mercante del senador. Mataron a los vigilantes que se encontraban de guardia y al capitán de la nave, se apoderó de su anillo de oro con un rubí pequeño con orgullo y se hicieron con el control del barco marchándose a alta mar con todas las mercancías.

A partir de ese día rebautizaron el barco y se convirtió en el capitán pirata del Osadía. Sexto conocía las rutas de los barcos mercantes del senador pues había estudiado los mapas de su padre y se dedicó durante años a saquearlas y hundirlas.

Finalmente tras años de búsqueda y captura, y la pérdida notable de dinero y poder de la familia del senador,  la marina de Mildur dio con su barco y lo hundió dándole por muerto a él y toda su tripulación. Él sobrevivió al naufragio despertando de una década de violencia injustificada y decidió redimir sus pecados alistándose a la orden de Rohín y luchando al lado de los honestos y necesitados.

Guarda el anillo para recordar qué no debe hacer y espera poder perdonarse algún día por la muerte de todos los inocentes caídos en su búsqueda de venganza.

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