História

Primera Edad

Se conoce por la primera edad los hechos que movieron al mundo durante los primeros tiempos de los hombres.

De los enanos poco se sabe, permanecieron en sus cuevas, trabajando incansables, cavando, inventando… Las pocas interacciones que tuvieron con el mundo exterior, fueron conflictos bélicos, incursiones de otras razas en su territorio o desforestaciones enanas que toparon con la férrea oposición de los elfos.

Los elfos erigieron grandes ciudades con los conocimientos que habían aprendido de los dioses, pero su afán por crecer provocó una guerra civil entre ellos de consecuencias sangrantes y catastróficas. Fue tanta la savia derramada, que Arglindel despertó de nuevo para castigarlos. Conocido como “la Aflicción de Arglindel” destruyó todas sus ciudades y les prohibió construir nuevas así como adormeció a algunos elfos, naciendo así los elfos caducos, obligándolos a cooperar para defender el Bosque.

Los hombres tardaron poco en luchar entre ellos, reyes ascendían y sucumbían como flores de una sola noche, grandes imperios, ciudades y pueblos nacían y morían, naciones enteras habían desaparecido solo en un parpadeo de los dioses. Los Héroes de entre los hombres y sus sagas se diluyeron en el pasar de los años.

Los oscuros hombres de Baldwin habitaron los desiertos del sur, los de Redgar las montañas del norte y aquellos que habían perdido a sus héroes habitaron el resto de las llanuras luchando ferozmente entre ellos.

Larnatorn hijo de Larnon, abandonó el reino de los hombres desde Itineris, llevándose con él un trozo de la espada de su padre llamada Bilindor. Larnathorn se encerró en la Ciudad Ata hundido y triste. Los hombres que vivieron al pie del monte Icaro intentaron recrear la Ciudad Alta y se rigieron por lo que recordaban de ella, organizándose en senados y adorando a los antiguos dioses. Mientras los hombres de las llanuras volvieron a adorar a espíritus y a convertirse en hechiceros.

Todo esto cambió con la llegada de los hombres del hielo, los Skoldtians, con sus poderosos sacerdotes que llevaron el Invierno Eterno a Faraland, un desastre que alargó el frío produciéndose el Verano Helado.

Los humanos lucharon valientemente pero divididos como estaban poco pudieron hacer, y los Skoldtians llevaban el frío allí donde posaban sus pies.

Las incursiones de los demonios oscuros se hicieron más fuertes y frecuentes, los extenuados elfos verdes no eran capaces de defender los bosques y los árboles, sin poder reponer sus hojas, morían por miles. En esta época surgieron varios héroes en el Bosque que mantuvieron viva la esperanza y que organizaron a los pocos supervivientes.

Y del Bosque de Arglindel surgió Lerathan descendiente de Larnathorn hijo de Larnon, Blandiendo Evendil y con él, los elfos y los hombres siguiendo su estela para acabar con los malditos extranjeros y sus obras en todo Faraland. La empresa fue un éxito.

Lerathan agradecido a los elfos, fundó la orden de los Montaraces que protegerían los bosque junto a los elfos sobretodo en invierno cuando los elfos marrones dormían. Lerathan unificó a los hombres bajo su mandato y así culminó la Primera Edad. El último acto de Erathan fue confiar su espada a la Dama del Mar dulce, Dama de Anduriel.

La Segunda Edad

La Segunda Edad duró 600 años aproximadamente, se caracterizó por el silencio de los dioses y la interacción entre las razas más importantes de Faraland.

Algunos enanos abandonaron sus cuevas al principio de esta edad y se mezclan en diversas ciudades humanas, habiendo creado algunas edificaciones cerca de sus puntos de entrada y salida de la tierra. Su gran obra fue Khâl Dum, al pie del Risco Blanco.

Los elfos siguieron defendiendo los bosques con sus migraciones, aunque se instauró la costumbre que los primeros años de su existencia los pasasen visitando el mundo y aprendiendo de él.

Los Skoldtians siguen en su remota isla fustigando en primavera y verano las costas Mildurianas que se extienden des del monte Icaro. Nova Skoldtia, se ha consolidado como la tierra de los hombres del frío en Faraland.

Y los hombres…¡Ay! Los hombres… Algunos de los herederos de Baldwin se asentaron a las costas del desierto, los descendientes de Redgar construyeron familias que ostentaban el poder con el que protegían a los indefensos que trabajaban para ellos.

La saga de Lerathan ha terminado, Teleos se erige en una liga de ciudades libres sustentada en una magocracia, Mildur poco a poco ha dejado de ser el lago que, bajo el monte Icaro, reflejaba la Ciudad Alta.

Con la muerte del último descendiente conocido de Larnon, el reino volvió a dividirse y los Montaraces que fueron el foco de la ira de los flagelantes actos del último rey, parecen haber desaparecido.

En el fin de la Segunda Edad Khâl Dum cayó bajo la unión de todas las tribus orcas de las Montañas Blancas, que surgieron de las entrañas del monasterio donde murió Vitelio. Jon Valle reunió a los milicianos de la Tierra de los Valles y les plantó cara en lo que pasó a llamarse desde entonces la Llanura Roja, entre Tuk y los Túmulos del Arco Iris. Fue una batalla encarnizada y terrible donde Jon Valle se erigió en Señor Guardián del Valle dando muerte a tantísimos orcos y perdiendo no menos valletanos. Vitelio Flavio “padre”, llegó al cerro de los buitres en busca de su hijo, aunque llegó tarde tomó las riendas de la Nueva Orden de Rohin y construyó una estatua en honor a su hijo, renombrando el cerro como “el cerro del cuervo”.

La caída de Khâl Dum significó un nuevo exilio para los desconfiados enanos, aquellos que quisieron seguir viviendo en la superficie desoyendo a Taoggie fueron nombrados enanos salvajes y perdieron muchos de los dones que Taoggie les había dado, empezaron a envejecer teniendo desde entonces la necesidad de comer, beber, dormir….

El conde de Aerien, gracias a Harold Silverleaf y Juliano Esparza, descubrió que la Teleyda se escondía tras el intento de asesinato de su hijo, inició un bloqueo comercial sobre Mitala, desviando el comercio hacia su nuevo aliado Cárnatos. Artaxas y Merrell se han unido en alianza y han roto también sus enlaces con Mitala.

La Teleyda consiguió robar una armadura ancestral hecha con la piel y el alma de un dragón de Jeonu, con un costoso ritual y las vidas de todos aquellos que capturaron en la caravana de refugiados procedente de Kárnatos liberaron a Razael.

La Sombra de Morkar poseyendo el cuerpo de Artorio Galba, salió de la oscuridad donde había estado encerrado durante cientos de años, montando a Razael, castigo de Jacuiek. Tomó Mitala como su sede donde la Teleyda se puso rápidamente a su servicio. Stieg volvió de la guerra con un brazo menos pero con un aliado más. Morkar dió su apoyo a Stieg hasta que se convirtió en el Gran Jarl de Nueva Skoldtia con capital a Havnkol. Morkar ha forjado una alianza con Stieg como respuesta al bloqueo comercial del resto de Teleos y Aerien.

La Tercera Edad

Con el despertar de la Sombra de Morkar, el resto de criaturas y avatares de los dioses que dormían o yacían en cárceles mágicas están llegando al mundo de nuevo.

Una de las lágrimas de Anduriel cayó del cielo a los Valles durante la Luna de la Flor Creciente, parece ser que contienen en ellas las almas de los antiguos héroes. Esta estrella está ahora en manos de un pequeño grupo de la Teleyda que se la lleva a Morkar en Mitala. La Orden ha enviado un grupo de especialistas para intentar su recuperación.

Los astrónomos a los que la Orden y sus contactos han podido recurrir afirman que, según sus cálculos tres estrellas más están por caer, y que lo harán al ritmo de una por año.

El Mar se ha llenado de monstruosas criaturas que hacen impracticable su navegación, este hecho ha provocado que todos los Skoldtians que en verano saqueaban las costa este de Faraland hayan decidido quedarse. Los condados de Escarchada y La Marca ahora forman parte de Nova Skoldtia.

En Aerien Tristán el niño Rey un joven de apenas 17 años lucha para unir a todo Aerien bajo su mando, las águilas gigantes han bajado de sus nidos y de entre aquellos que seguían el camino de Redgar han elegido sus jinetes. Una nueva nobleza ha nacido y la mayoría de los antiguos nobles, lejos de mostrarse beligerantes con ellos, luchan con ahínco para formar parte de esta nueva Orden de los Jinetes Celestiales.

Al sur, en Salâh-Sihab, la estirpe de Baldwin ha vuelto de los desiertos y anuncia una guerra santa, pero las familias comerciantes que reinaban en las ciudades-estado del desierto se niegan a seguirlos por lo que ha estallado una guerra civil.

En Mildur el Senado está dividido entre movilizar sus huestes contra Nova Skoldtia o esperar, las malas lenguas dicen que las monedas de oro teleucidas llenan los bolsillos de los senadores y que algunos de ellos hace tiempo que tienen la vista fija en los verdes montes de la Tierra de los Valles.

Los nuevos clanes Skoldtians que han llegado a Faraland buscan un sitio donde asentarse y Morkar los está guiando hacia Artaxas y Merrel. Este Hecho ha provocado una gran migración de Ilotas en masa, que refugiándose en Cárnatos, La Tierra de los Valles o los bosques han ahondado la crisis en Teleos (pues se ha quedado sin mano de obra). Los Ilotas que se han refugiado en los bosques parecen haber servido de fertilizante para la renacida Orden de los Montaraces que vuelve a expandir de nuevo sus raíces por el continente.

Ahora mismo, el representaste de la Orden en el consejo de los valles discute junto a los otros guardianes del Valle la necesidad de enviar ejércitos en ayuda de Artaxas y Merrel.

La Tercera Edad ha empezado, no sé cuanto durara, pero sé que su final puede marcar el fin de esta era y quizás, Rohin no lo permita, el fin de los hombres.

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