La Casa Roose de fundación arraigada (488 de la Segunda
Era) debe sus inicios a Leo el Loco, en el verano del 488 Leo había organizado
un torneo para subir la moral de la plebe y fundar nuevas alianzas contra los
salvajes, en el se presentó un caballero de verde con una rosa en el escudo que
acabó venciendo el torneo, cuando terminó el torneo el caballero pidió tierras
y después de que Leo se las otorgara se quitó el yelmo mostrando a todo el mundo
que era una mujer. Lejos de reprenderla o castigarla la ennobleció argumentando
que tenía más valor que la mayoría de sus hombres y colgó a cuantos se
opusieron al nombramiento, las malas lenguas dijeron que de aquellos que
murieron aquel día, no había ni uno que no fuera un rival potencial para la
Casa Gadwisdom.
Un Roose es tan pragmático como un hacha e igualmente
sutil. En los tiempos en que los Roose eran banderizos de los Gadwisdom estos
últimos tenían un dicho: “Si un hombre necesita morir en la cama o por un
capricho del destino, envía a un hombre sin rostro; si no es necesario
disfrazar las circunstancias de su muerte, un Roose es mucho más barato.”


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