La encrucijada, entre Everwet y Argéntea, La Tierra de los Valles. Ienuïe 1 de la Luna de la caza 577 año del Final.
En su primer contrato, Ngaz, no hizo pregunta, un hombre cubierto con una capa oscura fue a visitarlo en una de las pequeñas salas privadas de “la encrucijada” y le pidió que le robase un huevo de grifo a un mago gnomo, medio loco, que vivía en las colinas cerca de Alondra. Si Ngaz conseguía matar al grifo que allí residía, había dicho el mensajero, ganaría un objeto mágico de nivel menor a su petición.
En su primer contrato, Ngaz, no hizo pregunta, un hombre cubierto con una capa oscura fue a visitarlo en una de las pequeñas salas privadas de “la encrucijada” y le pidió que le robase un huevo de grifo a un mago gnomo, medio loco, que vivía en las colinas cerca de Alondra. Si Ngaz conseguía matar al grifo que allí residía, había dicho el mensajero, ganaría un objeto mágico de nivel menor a su petición.
Cuando se hubo
pertrechado salió hacia las colinas donde vivía aquel mago, llegó hasta
Argéntea, bajó por el lago y el rio y siguió el camino a pie desde Lindesur. La casa era
pequeña, en la cima de una colina, su cara oeste daba al acantilado, con unas bonitas
vistas al bosque. Encontró la puerta abierta y al entrar entendió que no iba a
ser un trabajo fácil.
Después de
terminar con una estatua de piedra viva, husmeó donde no debía, convertido en
rata fue perseguido por manos amputadas, se quemó las cejas, parte del cabello
y de la cara y…
Después de
descubrir una habitación escondida mediante ilusiones, Ngaz que empezaba a
comprender la mente de aquél retorcido mago, buscaba la llave que le permitiera
acceder al sótano. En aquella habitación, llena de máscaras (como todas las
demás) había una silla frente a una de ellas, una máscara de payaso, de ojos
brillantes, que sacaba la lengua con un gesto burlón, una palanca al lado y una
frase que rezaba… ¿Que ves en mis ojos?
La tentación le
pudo, se sentó en la silla miró directamente a los ojos de la máscara y bajó la
palanca… Encontró la llave, clavada en su ojo izquierdo después de haber salido
disparada del ojo derecho del payaso, cayó inconsciente y tuvo una visión…
Después de
aquello y con algunas magulladuras y peligros más consiguió huir encima del
grifo justo antes que el mago loco, que acababa
de llegar a su casa, le hiciera picadillo. Después de un acrobático viaje de
vuelta llegó a la posada y se tomó un tiempo para reflexionar sobre su visión y
su modo de vida.
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