Compañia Rohirrim: Vitelio Flavio.
Ferekie



Dos días después del combate, Vitelio observaba desde la ventana de la taberna ”La jarra espumeante” como se estaba formando una aglomeración de personas alrededor de la calle principal de la ciudad.
Ya se había recuperado de sus heridas y estaba al tanto de la situación, por lo visto, un tal Alan Quinn estaba agrupando a los mercaderes para que se dirigieran en una larga caravana de refugiados hacia la ciudad de Naxos. El gremio de mercaderes, que en un principio no estaban nada entusiasmados con la idea, decidieron aceptar a cambio de cobrar a los refugiados un pasaje. Así, el gremio se costeaba posibilidad de vender sus mercancías a un alto precio en Naxos, sitiada por la nieve y el frío. Solo faltaba un detalle, los guardianes de la caravana. La ciudad necesitaba a todos sus soldados para reconstruirla y los mercaderes solo contaban con los servicios de sus guardaespaldas propios y no querían correr con más gastos. Si Alan Quinn quería organizar esta expedición, necesitaría encontrar a alguien que asumiera este cargo.
Después de haber hablado con Juliano nada retenía a Vitelio en la ciudad. Una vez elegido el destino y recabada la información, se iba de allí dejando mas enemigos que aliados aun habiendo obrado con justicia y piedad. Incluso Juliano le había recordado las multas que sus métodos poco convencionales le habían acarreado al intentar salvar la ciudad. Él le exigía como pago, sus servicios ( y el de sus compañeros) a la caravana que partía con destino a Naxos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario