Las hazañas de Vitelio en los últimos enfrentamientos se fueron diluyendo de las taberna de forma discreta, como su cabalgata hacia el consejo y su reclusión en la Ciudad-Alta.
Este ultimo combate había sido mucho mas cruel y definitivo que el anterior y los que volvieron con vida inscribieron su nombre en los anales de la história.
De las dieciseis compañias libres que un dia partieron juntas de risco Blanco estas són las que quedaron sepultados bajo la fértil tierra de los Valles y, con el tiempo, olvidados por la gente a la que juraron defender:
Al-Kassem de los Dragones del desierto, Búcar de Los jinetes libres, Gilardino Sforza del Muro Sforza, Elise Fedre (única hija de Aldus Fedre) de las Liebres del Valle, Faelian Silverblade de los Silverblades, Olef Erikson de los Lanza larga, Sir Lancel de las Garras ágiles, Macro y sus Damas, Kelsa y sus Dagas, Tulkas del Bosque Alegre y Tulio Casto de los Hijos del héroe.
Tanto ellos como los voluntarios que lucharon a su nombre, murieron y se olvidaron por un capricho de la diosa fortuna, como una brizna seca de hierba que se la lleva el viento.
Stieg el Negro y sus Muertes negras, que con solo 5 bajas dieron muerte a los Quiebra huesos y Martillos de Piedra. Lein de Ostamar y Bjorn el Rojo, llegaron a las puertas de la ciudad con tres soldados cada uno pero con 85 orcos y 7 tribus, muertas a sus espaldas Y Pyar Zemady, dicen que lo encontraron vagando por la llanura, fue el único superviviente de una batalla que se llevó 99 vidas, aquellos que lo vieron dicen que estaba manchado con tanta sangre que su luna plateada se volvió carmesí.
Nereth del Sur seria un mero pie de pagina, una acotación, ni dió muerte ni sufrió bajas, su destino se demoraria una semana más.
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