Campaña de Vitelio Flavio (XI)

A la salida del Templo del Caído, en algún sitio cerca de Risco Blanco, Teleos. Taoggie 1 de Luna de la caza. 573, Año del Fuego.

Compañía Rohirrim; Vitelio Flavio, Druso Iuventius, Cayo Julius

Ferekie AndurielLeinaïe


Abatidos y cabizbajos nuestros héroes, o lo que quedaba de ellos salían de la oscura cueva que se había llevado a Helvetio. Vitelio, ataba como podía a los caballos a sus malheridos compañeros Alessandro, Druso y Cayo se aferraban a los caballos temblando como una vela mientras la nieve les golpeaba el cuerpo. Mientras Vitelio enfundaba la espada de Artorio en su funda, rezaba en silencio para que su amigo pudiera contener el mal que allí habitaba. Si eran cierto los rumores, los esbirros de Jackuiek habían abierto un portal al mundo, y con solo eso Teleos había palidecido y temblaba de frio.

Cuando Vitelio se alejaba con los restos de la compañía y con el cuerpo del caído, Alessandro gritó aferrándose con su unico brazo a su caballo:
-¡¿Que hacemos ahora Vitelio?!, ¡Creo que lo más seguro sería ir a recoger una de las carretas, así no llegaremos al rio!. ¡Debemos ir a Cima del Salto, allí había un viejo Templo dedicado a Kes donde podre encontrar la información que necesitamos, con un poco de suerte los guanteletes y el casco que has cogido serán necesario para terminar el ritual y dejar el portal abierto!

Vitelio, dejó que los ecos de Alessandro se diluyeran en la tormenta de nieve. Sus palabras teñían la nieve de una tenue esperanza amortiguada, quizás, por los gritos de dolor de Cayo y el silencio mortecino de Druso.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Vitelio:

- Iremos a recoger alguna carreta que nos pueda servir para llegar al Culebra, bordeando Risco blanco. Una vez allí decidiremos si nos dirigimos a Tuk por algún paso de barca o si por el contrario bajamos recorriendo el río hasta Cima del Salto. Lo que está claro es que necesitamos encontrar algun refugio cuanto antes para recuperar las fuerzas.

Ubpic dijo...

Mientras Cayo seguía languideciendo en su caballo, Druso y Alessandro consiguieron amarrar los caballos a una carreta que llevaba pieles, dentro se quedaron Cayo y Alessandro, Druso malherido, pero con la determinación en la mirada estaba junto a Vitelio en la parte frontal de la carreta.

Alessandro poco había podido ayudar en el esbozo del plan (Sab. Mundo 15/10) pero había insistido en la importancia de recabar información y en el mal clima. Vitelio no podía aportar mucho más que su estrategia (sab. Mundo 23/10) (que debido al poco conocimiento del contexto podía resultarle fatídica) y Helvetio ya no podía dar su opinión. El cuerpo fue devuelto al barro de donde nació con sus armas y sus honores, y su caballo fue liberado para que corriera por los campos guiando a la alma del difunto de vuelta a su morada.

Druso con su voz ronca (quizás aun mas ronca de lo habitual por el dolor lacerante que le causaba la herida del pecho) habló de forma pausada y fría ( Supervivencia 56/75):

-Tu idea sería idónea si nos encontráramos en Los Calores Vitelio, el rio bajaría tranquilo y quieto, poca fuerza, poca cantidad…Encontraríamos barcas por doquier y vados también. Pero ya estamos en Las Lluvias así que no solo cuentes con el hielo y el frío (un baño a esta temperatura podría ser mortal, si es que no se ha congelado el rio) cuenta con precipitaciones, tormentas y granizo. Si el clima ya sería difícil en esta época del año ahora con este cataclismo…A demás sabes bien que yo no podría guiaros a campo abierto durante, ¿Qué? Seis, siete días, tal vez más…Tenemos provisiones pero con eso no basta. Creo que lo más sensato es llegar al paso del Culebra.

Y con su ultimo hilo de voz mientras ya cierra los ojos otra vez concluye:

-Pero si alguien tiene el mando aquí y alguien toma las decisiones, eres tu Vitelio. Por algún motivo has salido ileso de aquel infierno.

Anónimo dijo...

Vitelio asintió con gesto cansado. Cansado de sobrevivir a sus amigos, de fracasar en todas sus misiones, de trazar planes "fatídicos" y de no conocer siquiera su propio contexto. Quizás el motivo que estaba insinuando Druso fuera el mismo por el que sus compañeros habían muerto, él nunca había sido un líder. Solo era un soldado de Puerto Alondra y así sería siempre.

- Iremos al paso del Culebra entonces...

A partir de ahí seguiría su camino solo, deseaba un trago de vino en una vieja taberna repleta de rufianes y perdedores.