Campaña de Vitelio Flavio (I)

Valle secreto de Epona madre de los caballos, Teleos. Año 573.

Compañia Rohirrim: Artorio Galba, Druso Iuventio, Quinto Barro, Cayo Julius, Numerio Helvetio y Vitelio Flavio.

La lluvia cae sonoramente sobre el campamento establecio por los caballeros de la dama Elise adepta de Eponna que hace rato descansan sobres sus petates, la cena ha sido frugal, pan, queso, fruta y un poco de vino. Druso Iuventio, aguanta imperrterito la lluvia fuera del campamento, le toca la primera guardia. Quinto Barro a desaparecido, como de costumbre, con el ultimo pellejo de vino y sus dos cestos. En una esquina cerca del fuego Numerio Helvetio, Artorio Galba y Vitelio Flavio discuten su proximo paso a dar, mientras, Cayo Julius hace sonrojar a la bella Elise.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Vitelio:
- Debemos ir a Mar de niebla para alertar a nuestros hermanos de que el informador era un traidor de Teleos.

Extendiendo las manos hacia el fuego y bajando un poco la voz se dirige a Artorio.

- No confio en la capacidad de esos tres para llevar el mensaje a Voramar, no han sido capaces ni de llegar a tiempo esta noche.. creo que deberías ir tú, con otro hombre que elijas.

Ubpic dijo...

Artorio Galba:
-Las dos misiones que nos ocupan són igual de importantes deberiamos valorar que necesidades nos exigiran cada una, por mi parte sera un orgullo llevar el mensaje, y lo hare seguro pues se que dejo al resto de mis compañeros en buenas manos.

Mientras apura el vaso dirige la mirada hacia Helvetio mientras con un gesto con la mano vuelve a hablar:

-No se que opinas tu Helvetio pero llegar a Mar de niebla es en principio más importante, asi que tu y Druso deberiais ir con el. Cayo es demasiado joven como para perderse un viaje para volver atras y Quinto parece estar de vuelta de todo y le sobra musculo asi que creo que me lo llevaré a el, eso si, marchaos antes de que se despierte mañana no sera difici.No te negaré el derecho de ir en pos de tu padre Vitelio pero no dejes que eso enturbie tu mente.

Ubpic dijo...

Numerio Helvetio:
-Creo que vuestras opiniones són validas y confio en vosotros y vuestra capacidad de liderazgo, sin embargo, no hay que olvidar que posiblemente Rohan y Teleos esten en guerra. Pasear por allí con nuestras armaduras no es lo mejor que podemos hacer. Según tengo entendido el camino hacia mar de niebla es una carretera comercial, asi que seguramente podamos encontranos algun mercader para hacer algunos truques e invertir nuestras ultimas ganancias. Además si entramos como acompañantes de la caravana posiblemente atraeremos menos la atención.

Por primera vez en su conversación Numerio alza sus claros ojos del fuego y se dirige a Artorio.

-Aunque vuestra misión presumiblemente sea mas corta, el reecuentro será poco más que dificil, propongo darnos un mes i reunirnos aqui de nuevo es un buen lugar como qualquier otro rezagado de la mirada de curiosos. Si no necesitais mas mi opinion iré a relevar a Druso.

Anónimo dijo...

Vitelio:
- Sería mejor conservar la armadura debajo de unos ropajes como los de estos campesinos, o una capa cualquiera, pues podríamos pasar inadvertidos a simple vista e iríamos igualmente protegidos. Aunque me parece buena idea acompañar a un mercader, nadie nos asegura que podamos conseguir otras por el camino y sería demasiado peligroso hacer el viaje sin ellas.

Una vez podamos comprar otras ya nos desharemos de éstas.

Respecto al reencuentro... sería mejor opción quedar en mar de niebla dentro de unos dos meses.

Conoceis alguna taberna en la que podamos alojarnos? De este modo en el caso de partir podríamos dejar un mensaje al posadero.

Ubpic dijo...

Numerio Helvetio escucha los ultimos compases de la conversación desde la entrada de la tienda mientras hace una seña a Druso. Al rato el rosrto afilado y salvaje de Druso entra en la tienda, al cruzarse con Numerio se intercanvian unas pocas palabras y el sonido de los pasos de Helvetio desaparecen en la canción de la tormenta de verano. Druso se acerca a los dos rohirrims restantes y mientras cuelga sus ropas mojadas y hace crepitar al fuego con las gotas de agua que caen de su cuerpo empieza a hablar con su voz ronca y queda:

-Una vez llegue a seguir una de mis presas hasta el mar de niebla, una furcia que paereció arrepentir-se de sus crimenes cuando le vió la cara a la muerte (escupe al fuego al recordar quizas el nombre de su presa y saca de sus alforjas un trozo de carne dura y correosa y al tiempo k mastica concluye) lo unico que sé de aquel lugar es que está rodeado de pantanos y bosques y que adoran a un solo dios en un gran santuario, la iglesia del padre Leonardo la llaman.

Anónimo dijo...

Vitelio:
- Muy bien, entonces nos reuniremos en la iglesia del padre Leonardo dentro de dos meses, a mediodía, si no nos encontraras allí identificate como Aurelio y pregunta acerca de Vito. A partir de ahora usaremos nombres en clave teléucidas.

Deseo que tengas un buen viaje y que la fortuna propicie un feliz reencuentro, que Atenea te proteja y cuide de nosotros.

Dicho esto, Vitelio se despide de sus hermanos y se dirige hacia su saco.

- Despertadme para mi guardia, voy a dormir, el viaje será largo y necesitaremos todas las energías posibles. Buenas noches.

Ubpic dijo...

Poco a poco el silencio cae sobre el campamento. Los caballeros de la dama Elise hace rato que descansan sobre sus petates, cerca de sus caballos y de sus brillantes armaduras. Quinto Barro a ahogado sus lamentos en su pellejo de vino y ha caído más muerto que vivo cerca de un roble que lo protegía de la lluvia. Numerio Helvetio y Druso Iuventio encuentran su siempre frágil sueño en la soledad de sus esquinas, Helvetio acurrucado por el suave murmullo de Ewëna y Druso por su propio ronquido. Artorio da otra vuelta más al oscuro campamento débilmente alumbrado por las ascuas de los fuegos, comprueba que todo esté en orden y vuelve a cerrar los ojos. Cayo Julius hace tiempo que ha dejado de celebrar que Eponna no exija castidad a sus adeptas, a cantado una vieja canción a al oído de Elise mientras le daba su ultima caricia y se ha marchado a su saco con una sonrisa en los labios. Mientras tanto a fuera, haciendo guardia, Vitelio repasa los puntos flacos del nuevo plan. Irán al Mar de niebla en busca de su padre y se encontraran dentro de dos meses en la iglesia del padre Leonardo con Artorio y Quinto que habrán ido a Voramar. Por el momento lo más importante es cambiarse las armaduras y encontrar una buena manera de entrar desapercibidos en la ciudad. Hundido en sus cavilaciones Vitelio Flavio levanta la cabeza para ser sorprendido una vez más por los milagros de la naturaleza, la lluvia se va de la misma forma en que ha llegado rápida e imprevista y enseña un cielo estrellado y un arco iris inmenso y claro que parece poder cogerse con una mano. La tierra húmeda despierta sus olores y lleva a la nariz de Flavio acentos de robles, sauces, recuerdos y sueños…Llevado por un impulso desenfunda su gladio mágico sin nombre que brilla intensamente en azul zafiro:
-Lo que pensaba- Dice mientras sonríe y deja escapar un vaho de su boca- Magia.